Sin los otros no podemos ser nosotros mismos
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Los apóstoles de la sagrada familia y la carta de identidad de la familia salesiana
Nuestra Familia Religiosa se encuentra en su plenitud en el espíritu y en los contenidos de la Carta de Identidad de la Familia Salesiana, ya que el fundador, el Cardenal Giuseppe Guarino, admirador de Don Bosco, sintió inmediatamente la fascinación de su espiritualidad juvenil hasta el punto de hacerse Cooperador Salesiano. Y como tal pidió y acogió fervientemente a los primeros salesianos en Sicilia; se comprometió con la Curia Romana por Don Bosco, hizo donar a los salesianos la herencia del matrimonio Marino, lo que permitió la apertura de la casa de las Hijas de María Auxiliadora en Alì (1890) y de la Obra Salesiana en Messina (1893).
Y siempre con espíritu salesiano, en San Pier Niceto (ME), con un grupo de 'Hijas de María', Mons. Guarino fundó la Congregación de las 'Pequeñas Siervas de la Sagrada Familia', hoy llamadas 'Apóstoles de la Sagrada Familia', dándoles una regla inspirada en la Visitandina de San Francisco de Sales 'para la educación moral y civil de los hijos del pueblo'.
Esto desde el principio. Luego, a partir del Capítulo General Extraordinario de 1970, el Instituto aclaró su identidad educativa, adoptó su nombre actual y pidió la dirección espiritual de los Salesianos.
En las actuales Constituciones encontramos dos artículos que calcan y parecen fundirse con los de la Carta de Identidad de la Familia Salesiana, y que reproducimos a continuación:
Espiritualidad
"Nuestro Fundador se inspiró en San Francisco de Sales como modelo de educador cristiano y, al exaltar su espíritu educativo y eclesial, quiso que nuestra vida consagrada se expresara al estilo de su espiritualidad". (Const. art. 3)
Pertenecer a la Familia Salesiana
"A raíz de los testimonios ofrecidos por el Fundador, que deseaba ser inscrito entre los 'cooperadores' de Don Bosco y mantener relaciones vivas y vivificantes con sus hijos espirituales, en nombre de una identidad y vocación y de una espiritualidad común, nuestro Instituto ha pedido y obtenido el reconocimiento* de 'pertenencia' a la Familia Salesiana" (Const. art. 4) *[Carta del Rector Mayor, P. Egidio Viganò, 24 de diciembre de 1984].
Misión, comunión y colaboración
Este aspecto, en lo que a nosotros respecta, debe ciertamente seguir creciendo y solidificándose. Bien dice el artículo 41 que "saber colaborar no es una obviedad, sino que requiere una formación que tenga en cuenta ciertos elementos esenciales".
Es un camino abierto pero que ha comenzado en la teoría y en las buenas intenciones de cada grupo.
Debemos comprometernos con la reciprocidad y la planificación compartida. Estoy seguro de que lo conseguiremos.
Sin embargo, no podemos dejar de agradecer a Dios y a todos los que han trabajado con empeño y entusiasmo para que el gran sueño de vernos unidos como una sola Familia se haga cada vez más realidad.
Sor Luigina Bellomo, ASF